jueves, 30 de junio de 2016

Los políticos lo pregonan (y se olvidan) y los jóvenes lo construyen.

Ya van más de 10 años, que a iniciativa de algunos jóvenes de la escuela profesional de Administración en Turismo de la Universidad Nacional de San Martín (UNSM), se formó un colectivo de estudios llamado Grupo Visiones. Este grupo de estudios tenía la finalidad de realizar actividades turísticas medio ambientalistas, en ese entonces soñábamos con hacer varios proyectos con una mirada de avanzada- En este grupo de jóvenes soñadores planificamos varias actividades, entre ellas el proyecto de una revista, realización de capacitaciones, jornadas ambientales como reforestación y limpieza. Recuerdo que en aquellos tiempos fueron dos docentes quienes nos motivaron en esta iniciativa.   Actualmente tengo la oportunidad de compartir algunas aulas de estudio con ellos, ahora como colegas y siempre bajo el mismo respeto y admiración.  Hérbert H. Arévalo  Bartra y Juan Rios Pérez, coincidieron en nuestras vidas y nos ayudaron a conseguir nuestros sueños, aquellos que incluían el de ver a la ciudad universitaria como un campo lleno de árboles, donde los alumnos y docentes puedan utilizar sus sombras para leer o para realizar alguna actividad recreativa.
Eso fue uno de los primeros motivos por el cual nos unimos y decidimos contribuir y trabajar en hacer realidad esos sueños, recuerdo que el grupo tuvo sus momentos de gloria, a decir verdad realizamos casi el 98% de nuestros propósitos mediante el desarrollo de 2 revistas turísticas ambientalistas, 08 eventos académicos durante el periodo de 2 años, varias campañas de sensibilización, reforestación y limpieza de los ríos. Eso nos llenaba de orgullo y fortaleza, pero una de las cosas que olvidamos a pesar de ser sugerida en ese entonces por nuestro asesor, era que debimos haber formado a otros líderes en ese momento, pero a nosotros no nos preocupaba mucho, porque veíamos que a muchos jóvenes no les interesaban los temas colectivos o preferían otras cosas que soñar y construir con su aporte lo que nosotros teníamos como sueño en ese entonces.

Pasaron los años y muchos de quienes conformábamos el grupo, egresamos de la universidad, entonces el Grupo Visiones se había estancado por nuestro error, el simple hecho de no haber formado otros líderes para que sigan el camino y los proyectos que teníamos, nos estaba truncando la futura existencia del grupo. Algunos realizamos nuestros propios negocios de turismo, otros se fueron a laborar en instituciones públicas y privadas, y ahí inició el termino de nuestra iniciativa universitaria pero no de nuestros sueños.

A pesar que ahora quienes pasamos por ese grupo de estudio trabajamos para nuestros propios negocios, veo que algunos no hemos perdido ese amor por nuestros sueños, porque cuando realizamos nuestras actividades empresariales y de proyección social vinculadas a los problemática ambiental, los observo liderando sus propios espacios con la misma convicción de siempre.
Hace 2 años tuve la oportunidad de encontrarme con algunos jóvenes que me devolvieron el sueño de regresar a la universidad a seguir motivando el sueño que nosotros habíamos adoptado en ese entonces, sé que en el camino perdí a muchos amigos y amigas por razones de la vida, pero encontré a unos cuantos que quisieron nuevamente soñar conmigo, aquellos nuevos amigos que hoy tengo la oportunidad de tener al lado, a ellos les agradezco mucho, porque me devuelven la esperanza y la convicción que todavía existen jóvenes soñadores, pensantes, con criterio, con el “ojo” para la solución y propuestas, con iniciativa e imaginación, con valores solidarios éticos, tolerantes, con identidad y ciertamente con mucha información y espíritu de trabajo; jóvenes que valoran a su familia, a San Martín y al Perú.
Hoy que volvemos de una campaña de sensibilización contra el tráfico de animales silvestres, nuevamente volteo a mi alrededor y encuentro a un joven y una señorita convencidos de sus sueños, ellos son Hussein Sistero Ushiñahua y Angela Stefany Rengifo Pérez, quienes a pesar de haber terminado su universidad, siguen con sus jornadas ambientales, eso dice mucho de sus profesionalismo, sé también que muchos han cambiado, peor aun cuando llegan a tener una oportunidad laboral, pero aquí existen dos que aún insisten en sus  convicciones. Desde aquí quiero agradecer también a todos esos jóvenes nuevos que se han sumado al sueño de la región verde, aquella que se construye desde las acciones alejadas de la promesa y el empeño de la palabra cada cuatro años, quedan aquí dos jóvenes que atraerán a otros, que contagiarán a otros.
Rony Flores Ramírez (Escuela Profesional de Turismo)



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