Ya van más de 10 años, que a
iniciativa de algunos jóvenes de la escuela profesional de Administración en
Turismo de la Universidad Nacional de San Martín (UNSM), se formó un colectivo
de estudios llamado Grupo Visiones. Este grupo de estudios tenía la finalidad
de realizar actividades turísticas medio ambientalistas, en ese entonces
soñábamos con hacer varios proyectos con una mirada de avanzada- En este grupo
de jóvenes soñadores planificamos varias actividades, entre ellas el proyecto
de una revista, realización de capacitaciones, jornadas ambientales como
reforestación y limpieza. Recuerdo que en aquellos tiempos fueron dos docentes
quienes nos motivaron en esta iniciativa.
Actualmente tengo la oportunidad de compartir algunas aulas de estudio
con ellos, ahora como colegas y siempre bajo el mismo respeto y admiración. Hérbert H. Arévalo Bartra y Juan Rios Pérez, coincidieron en
nuestras vidas y nos ayudaron a conseguir nuestros sueños, aquellos que
incluían el de ver a la ciudad universitaria como un campo lleno de árboles,
donde los alumnos y docentes puedan utilizar sus sombras para leer o para
realizar alguna actividad recreativa.
Eso fue uno de los primeros
motivos por el cual nos unimos y decidimos contribuir y trabajar en hacer
realidad esos sueños, recuerdo que el grupo tuvo sus momentos de gloria, a
decir verdad realizamos casi el 98% de nuestros propósitos mediante el
desarrollo de 2 revistas turísticas ambientalistas, 08 eventos académicos
durante el periodo de 2 años, varias campañas de sensibilización, reforestación
y limpieza de los ríos. Eso nos llenaba de orgullo y fortaleza, pero una de las
cosas que olvidamos a pesar de ser sugerida en ese entonces por nuestro asesor,
era que debimos haber formado a otros líderes en ese momento, pero a nosotros
no nos preocupaba mucho, porque veíamos que a muchos jóvenes no les interesaban
los temas colectivos o preferían otras cosas que soñar y construir con su
aporte lo que nosotros teníamos como sueño en ese entonces.
Pasaron los años y muchos de quienes
conformábamos el grupo, egresamos de la universidad, entonces el Grupo Visiones
se había estancado por nuestro error, el simple hecho de no haber formado otros
líderes para que sigan el camino y los proyectos que teníamos, nos estaba
truncando la futura existencia del grupo. Algunos realizamos nuestros propios
negocios de turismo, otros se fueron a laborar en instituciones públicas y
privadas, y ahí inició el termino de nuestra iniciativa universitaria pero no
de nuestros sueños.
A pesar que ahora quienes pasamos
por ese grupo de estudio trabajamos para nuestros propios negocios, veo que
algunos no hemos perdido ese amor por nuestros sueños, porque cuando realizamos
nuestras actividades empresariales y de proyección social vinculadas a los
problemática ambiental, los observo liderando sus propios espacios con la misma
convicción de siempre.
Hace 2 años tuve la oportunidad
de encontrarme con algunos jóvenes que me devolvieron el sueño de regresar a la
universidad a seguir motivando el sueño que nosotros habíamos adoptado en ese
entonces, sé que en el camino perdí a muchos amigos y amigas por razones de la
vida, pero encontré a unos cuantos que quisieron nuevamente soñar conmigo,
aquellos nuevos amigos que hoy tengo la oportunidad de tener al lado, a ellos
les agradezco mucho, porque me devuelven la esperanza y la convicción que
todavía existen jóvenes soñadores, pensantes, con criterio, con el “ojo” para
la solución y propuestas, con iniciativa e imaginación, con valores solidarios
éticos, tolerantes, con identidad y ciertamente con mucha información y
espíritu de trabajo; jóvenes que valoran a su familia, a San Martín y al Perú.
Hoy que volvemos de una campaña
de sensibilización contra el tráfico de animales silvestres, nuevamente volteo
a mi alrededor y encuentro a un joven y una señorita convencidos de sus sueños,
ellos son Hussein Sistero Ushiñahua y Angela Stefany Rengifo Pérez, quienes a
pesar de haber terminado su universidad, siguen con sus jornadas ambientales,
eso dice mucho de sus profesionalismo, sé también que muchos han cambiado, peor
aun cuando llegan a tener una oportunidad laboral, pero aquí existen dos que
aún insisten en sus convicciones. Desde
aquí quiero agradecer también a todos esos jóvenes nuevos que se han sumado al
sueño de la región verde, aquella que se construye desde las acciones alejadas
de la promesa y el empeño de la palabra cada cuatro años, quedan aquí dos
jóvenes que atraerán a otros, que contagiarán a otros.
Rony Flores Ramírez
(Escuela Profesional de Turismo)
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