lunes, 16 de enero de 2017

PECES AMAZÓNICOS


Cuando tenía 09 años de edad mi papá decidió llevarme a sus viajes de negocios a la ciudad de Iquitos, el llevaba frutas como naranjas traídas de Juanjui, limón y mangos de algunas partes de la ciudad de Tarapoto.  Una de las cosas que me encantaba  era ir con él a las chacras para realizar la cosecha de las frutas que eran colectadas en grandes mantos para luego ser llevados primero a la ciudad de Yurimaguas, en ese entonces el viaje duraba entre 9 a 12 horas, de esto muchas veces dependía de la suerte en relación al clima, ya que la carretera en aquellos tiempos era sólo afirmada y las lluvias siempre jugaban una mala pasada a los transportistas y viajeros, entre ellos nosotros porque llevábamos todo el cargamento de frutas en camionetas o cisternas.


Al llegar al puerto de Yurimaguas, todo cambiaba aquel lugar se convertía en un mundo de negocios que a mí particularmente me fascinaba, ahora recuerdo que mi Papá me decía “hijo con el tiempo este será el camino del mundo de los negocios, porque este río nos lleva a la frontera de Brasil y  Colombia”. En mi transitar por el puerto de Yurimaguas veía como llegaban embarcaciones entre botes y lanchas que venían cargadas con grandes depósitos llenos de pescados, yo estaba asombrado por la cantidad y la gran variedad de peces que venían de los ríos amazónicos. La travesía por estos ríos era espectacular porque durante el trayecto podía observar bufeos y las maravillosas de la selva, al encallar en el puerto de Iquitos, siempre me asombraba ante el espectáculo de ver peces que median entre 3 a 5 metros y más, estos eran  transportados para su venta; mi papá que era muy astuto y hábil en los negocios compraba varios sacos de pescado para luego revenderlos en la ciudad de Tarapoto.

Toda esta experiencia previa me llevó a que a  los 12 años de edad me vaya a apoyar a mi tía que tenía y aún conserva un puesto de venta de pescado seco en el  mercado número 02 e mi ciudad, de esta experiencia aparte de ser muy gratificante porque me permitió aprender más del mundo de los negocios, también aprendí  a identificar una gran gama de peces que son productos de nuestros ríos amazónicos, también pude reconocer peces que son abundantes de espina y otros que casi no los tienen.

Por esta razón hoy me atrevo a mencionar las grandes bondades que tienen nuestros ríos amazónicos, con la única intención de seguir alentando la actividad piscícola en nuestra región, así como también el cuidado de nuestros recursos y sobretodo los ríos con la finalidad de mantener estos maravillosos peces y sigan formando parte de nuestra despensa.
Entre la diversidad de nuestros peces podemos mencionar a los siguiente: Boquichico, acarahuazú, tucunaré, yulilla, bagre, carachama, paltina, palometa, gamitana, paco, bujurqui, fasaco, sábalo, zungaro, maparate, paiche, anashuhua, shitari, arahuana, piraña, paña, toa, liza, ractacara, atinga zungaro, doncella, etc.

Estoy seguro que la lista de peses es muchos más larga, no sé si existen libros o estudios que nos hablen de estos hermosos peces de nuestra selva y por qué no también pensar en un lindo y amplio acuario en el que se muestre la variedad de nuestros peces amazónicos, en el que se expliquen todo el proceso de crecimiento y de vida de los peces, esto puede servir como un instrumento educativo para nuestros niños y futuras generaciones.

Hace falta ya que los investigadores tanto nacionales como extranjeros, hagan un sin número de programas del ciclo de vida de los peces amazónicos.

Quién sabe las maravillas y secretos que nos tienen estos guardianes de nuestras aguas dulces y que han servido de sustento para varias generaciones y seguro lo seguirán haciendo.

San Martín tiene muchos emprendimientos en la actividad piscícola, pero hace falta generar y emprender muchas más investigaciones.

Rony Flores




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